NOUS DEVONS EN RETOUR LES CONTEMPLER, LES ASSUMER, TENTER D'EN RENDRE COMTE. IMAGES MALGRÉ TOUT: MALGRÉ NOTRE PROPRE INCAPACITÉ À SAVOIR LES REGARDER COMME ELLES LE MÉRITERAIENT, MALGRÉ NOTRE PROPRE MONDE REPU, PRESQUE ÉTOUFFÉ, DE MARCHANDISE IMAGINAIRE. GEORGES DIDI-HUBERMAN, IMAGES MALGRÉ TOUT, PARIS, LES ÉDITIONS DE MINUIT, 2003, P.11.


PERFIL EN ACADEMIA.EDU

2.12.14

Reseña y fragmentos de Desarmado en Resonancias

Resonancias, revista digital de arte y literatura difunde mi poemario Desarmado. Elegía para una tierra sin nombre (2014). Publican varios cantos y un breve perfil.

Agradezco su interés y difusión.

Perfil y sinopsis de Desarmado en Resonancias

Fragmentos de cantos de Desarmado en Resonancias






10.10.14

Reseña sobre Desarmado en IguAnalista

Reseña y texto de Rebeca Gris sobre mi libro Desarmado. Elegía a una tierra son nombre (2014) en el blog de la red de información America Latina Portal Europeo  http://www.red-redial.net/

IguAnalista es un espacio, propuesto por América Latina Portal Europeo, a toda la comunidad científica de todas las disciplinas de las ciencias humanas y sociales (SHS) y, más ampliamente, al público interesado en América latina y el Caribe, con el fin de compartir experiencias e informaciones en los campos de su interés profesional.


Agradezco su interés y difusión,


Texto de Rebeca Gris sobre Desarmado





27.8.14

Desarmado. Elegía para una tierra sin nombre



Desarmado, poemario mínimo, canto a un país extinto. Versos que preguntan ante la sin razón de la violencia. Ilustrado con fotografías de Max Villanueva y Ana Paula Sánchez.

Este verano he terminado la edición de Desarmado. Elegía para una tierra sin nombre. Es un poemario -formado por 21 cantos y dos letanías- en el que intento expresar mi impresión sobre la desolación que causa la violencia en México. El texto surgió a raíz de una colaboración como documentalista en el proyecto audiovisual  Detritus de Luz María Sánchez. Esa colaboración me llevó a empaparme de imágenes sobre la violencia en México y a entrar de lleno en la reflexión sobre la representación de la violencia, los códigos de construcción y recepción de una imagen, su reproducción, censura y fragmentación en los medios de comunicación. Me pregunté también sobre los escenarios que retrata la imagen fotográfica, sobre la frontera como un espacio simbólico que se puede calcular en 3,142 km. 

Mi padre nació en el desierto, en un lugar alejado del mundo. Nada como el desierto para sentir el espacio de la frontera. Cuando he estado ahí veo claramente lo que hay delante y detrás. Hace años hice un viaje de vuelta a ese desierto. Algunas de la fotografías del poemario son de entonces. Este es camino de aquella escritura y es la representación de ese viaje. 





DESARMADO
ELEGÍA PARA UNA TIERRA SIN NOMBRE

      Ed. Images Malgré Tout / CreateSpace
      Blanco y negro sobre papel blanco
      5" x 8" (12.7 x 20.32 cm)                                          
      Tapa blanda
      78 páginas
      ISBN-13: 978-1500307134 
      ISBN-10: 1500307130 
      BISAC: Poetry / Women Authors
      Con fotografías de Max Villanueva y la autora

      http://www.anapaulasanchez.info/editorial/desarmado

   Cómpralo en:
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1.7.14

François Arago no sólo inauguró la era fotográfica




Louis-Jacques-Mandé Daguerre, bajo el auspicio certero de François Arago, presentó el daguerrotipo el día 19 de agosto de 1839 en la Academia de Ciencias y las Artes de París, después de una serie de demostraciones más menos discretas ante personalidades de la política, las artes y las ciencias. El propio Alexander von Humboldt se refirió con admiración a los detalles minúsculos de la imagen daguerrotipia que le mostraba Arago, en una carta a un amigo describe un pequeño diálogo entre ambos ante aquella primera fotografía:

He podido contemplar una vista interior del patio del Louvre con sus innumerables bajorrelieves. –Había paja (que) acababa de pasar por el muelle. ¿La veis en el cuadro? –No. Me tendió una lupa y vi briznas de paja en todas las ventanas. “Carta a Carus”, 25 de febrero de 1839.

Humboldt no fue únicamente un invitado a ver las maravillas del invento, formó parte de la comisión de científicos encargados de verificar la fiabilidad del daguerrotipo junto con Jean-Baptiste Biot y François Arago. Ambos relacionados antes en la misión de triangulación meridiana para establecer el valor del metro como medida longitudinal. Gracias a su colaboración con la Oficina de Longitudes como becario, a su astucia e inteligencia, fue reconocido como miembro de la Academia de la Ciencias más joven de su historia. Con tan sólo 23 años Arago era toda eminencia científica y política en Francia. Por ello fue determinante el entusiasta apoyo de Arago al daguerrotipo llevándolo a ser de inmediato un súper ventas de la tecnología.

Retrato de François Arago por Charles Steuben, 1832

François Arago fue un humanista fascinado por la ciencia y el arte. Sus estudios de óptica, de física y astronomía fueron difundidos en libros dirigidos a un público general. Investigó sobre la velocidad de luz proveniente de las estrellas, la polarización de la luz,  el diámetro de los planetas, el magnetismo, la velocidad del sonido… Precisamente en el año 1839 eran publicados por primera vez en español sus cursos de astronomía, edición en la que podemos leer en su prólogo:

Mr. Arago, el famoso astrónomo francés cuyo nombre anda en todas las bocas, ha sido el primero que ha espuesto [sic] la Astronomía de este modo científico y elemental a la vez. Sus lecciones dadas en el Observatorio real de París nada dejan que desear sobre esto, y satisfacen plenamente los deseos de aquello que han hecho un estudio profundo de la doctrina de los astros, y de cuantos buscan claridad y concisión de la esposición [sic] de una ciencia cualquiera. [1]

Aunque esta honorable parte de su carrera es la que destaca por su influencia y reconocimiento pero para recordar a este gran hombre prefiero referirme a su paso por Barcelona, Valencia y Baleares en la misión de confirmar la fiabilidad del metro como medida longitudinal mediante la prolongación del meridiano que cruza Francia para terminar con el proyecto de establecer el arco meridiano entre Dunkerque y Barcelona suspendido a causa de las guerras napoléonicas. La primera medida del meridiano entre el mar del norte, Dunkerque y la provincia de Barcelona, el Masnou, pasando por el centro de parís y recorriendo Francia del norte al sur se realizó entre 1669 y 1718. Posteriormente revisado entre 1739 y 1749. Finalmente, la última parte del proyecto entre 1792 y 1798 tuvo como fin la definición del metro ya este debía medir la diezmillonésima parte de un cuarto de meridiano terrestre. La prolongación de la triangulación para establecer el meridiano de París hasta las islas Baleares y de pasó comprobar la medida del metro se realizará a principios del siglo XIX.

En 1806 la operación es designada a Biot y al joven Arago, quienes durante 2 años triangulan y miden el territorio comprendido entre la costa del mediterráneo y las islas Baleares. Arago permanece un poco más contando con colaboración de las autoridades para poder terminar con su labor, siendo necesario el desplazamiento por el territorio con un equipo extremadamente moderno y semejante a lo que cualquier buen ingeniero y espía debía llevar encima: telescopios, lentes varias, mapas, instrumentos de topográficos y geodésicos como el círculo repetidor de Borda. La triangulación geodésica con la que se servían para medir el meridiano se basaba en la unión y medición de triángulos de hasta 150 kilómetros mediante antorchas y espejos que precisaban de operarios en plena naturaleza.

Cuadrante geodésico de finales del siglo XVIII expuesto en el observatorio Fabra de Barcelona.
Círculo repetidor de Borda c1787 para la medición de ángulos.


Estalla la guerra con la ocupación napoleónica de España en 1808, justo 15 días después de llegar a e instalarse en la isla de Mallorca, en la montaña de la Mola de l’Esclop. Aquella gracia y curiosidad que inspiraba entre los lugareños se convirtió en sospecha. Fue oficialmente considerado espía de Francia y tuvo que abandonar España poniendo rumbo a Argelia escondido en un pequeño barco de pescadores, es decir cruzando todo el mar Mediterráneo para volver a cruzarlo nuevamente para llegar a Marsella. Desde Argelia zarpa en un navío comercial y a apenas una millas del puerto de Marsella su barco fue capturado por unos corsarios españoles, es decir, por piratas del pueblo de Palamós. Los catalanes lo condujeron a la bahía de Rosas y de ahí al pueblo de Figueras donde fue sometido a un interrogatorio que duró varios días. Cautivo dentro de un viejo molino, su pasaporte falso no hacía más que confundir a las autoridades. Arago hablaba un español, con acento de Valencia y seguramente algún resabio francés, pero él insistía que por ser mercader ambulante su facilidad con los idiomas era producto de sus viajes. Inclusive llegó a cantar una canción de los pastores original de la isla de Ibiza para demostrar que también había aprendido ese “dialecto”, como lo denomina en sus memorias. El militar a cargo mandó llamar a un ibicenco quien rotundamente afirmó que Arago lo que era es francés. En fin, un enemigo en toda regla.
Es comprensible su facilidad con el catalán puesto que Arago nació en el sur de Francia criándose en Perpiñán, ciudad colindante con la frontera catalana y en la que también se habla esa lengua. Después de meses de cautividad es liberado y gracias a la duquesa de Orleans quien huía también de los ataques a la ciudad de Figueras, logra embarcarse nuevamente a Argelia y de ahí hacia Francia repitiendo la misma ruta con destino a Marsella y padeciendo casi la misma emboscada pero por parte de la armada inglesa. No por haber sido tan difícil su vuelta evitó pasar por el lazareto o casa donde se cumplía la cuarentena pertinente a todos los que entraban por mar bajo sospecha de enfermedades. La primera carta que recibió durante su estancia en territorio francés fue de su amigo Alexander von Humboldt. Fueron nueve meses de peripecias y para sorpresa de todos los resultados de sus observaciones los llevaba en manuscritos pegados hoja a hoja entre la camisa y la piel. Por lo menos eso dice la leyenda. Seguramente se merecía después de aquel viaje ser el miembro más joven de la Academia de Ciencias de París.

Mapa de triangulación para medición del meridiano de París en la costa mediterránea.

Sobre la triangulación e inspirado en las aventuras de François Aragó por tierras catalanas, Julio Verne escribió la novela seriada Aventuras de tres rusos y tres ingleses en el África austral entre 1871-1872. Los grabados de J. Férat ilustran algunos de los instrumentos geodésicos de la época en el Arago realizó sus trabajos. 



Julio Verne, Aventures de trois russes et de trois anglais dans l’Afrique australe, 1871-1872, dibujo y grabado Jules Férrat y François Pannemaker.









[1] François Arago, Lecciones elementales de astronomía, prólogo y traducción de Cayetano Cortés. Madrid, Imprenta de don José María Rebullés.

25.4.14

Breve acercamiento a la hermenéutica moderna

El presente texto forma parte de Lectura hemenéutica de los ensayos sobre arte de Jorge Cuesta de Ana Paula Sánchez.

Hermes Trismegisto, Moriens, Llull, Geber, Roger Bacon, Paracelso: hemeneutas tal como el alquimista Osvaldi Crollii ilustra en el frontispicio de su libro editado en 1647 en Frankfurt.
Los referidos en el presente post son menos herméticos pero es preciso recordar a los grandes.

El género literario del ensayo es imprescindible en la divulgación y desarrollo del pensamiento analítico, el proceso para la estructuración de las ideas y su apropiada expresión es parte esencial de su función, sin embargo, a pesar de ser herramienta del trabajo del investigador de la literatura no es uno de los géneros más propensos a estudiarse como tal. Conocemos sus distintas categorías temáticas y el estilo adoptado por autores reconocidos pero no metodologías de análisis que permitan entender el cómo de sus manifestaciones.            La hermenéutica tradicional, entendida como una técnica cualquiera de interpretación,[1] y las corrientes contemporáneas de la misma dictadas por teóricos como Pierre Bourdieu, H. Gadamer, Gianni Vattimo, Mauricio Beuchot, Umberto Eco y José Luis Gómez-Martínez, constituyen una herramienta adecuada para el análisis de contenido del ensayo literario. La hermenéutica no es método de índole estructuralista en el que exista una fórmula determinada para abordar el objeto de estudio. El análisis consiste en una interpretación del objeto de estudio, del ensayo en este caso, y se realiza siempre bajo una justificación seria y objetiva, o lo que llaman “interpretación argumentativa”[2] en la que la interpretación debe convencer del por qué de la compresión dada al texto. Esta “interpretación argumentativa” parte de la condición histórica del fenómeno literario, y sobre todo de las pautas que el mismo texto proporciona. La concientización de la proveniencia histórica del texto y por ende de su creador, y por consiguiente del público que naturalmente es receptor de la obra, conlleva a una “actualización” por parte del intérprete, actualización del texto mediante su lectura en su propio tiempo y espacio que no implica en absoluto una reproducción del sentido del texto sino una transformación.[3]A grandes rasgos “la hermenéutica es la disciplina de la interpretación, trata de comprender los textos; lo cual es –dicho de manera muy amplia- colocarlos en sus contextos respectivos.“[4] La hermenéutica tiene su origen en la antigüedad griega, en el Peri hermeneias de Aristóteles se conocen algunos de los supuestos que la sustentan, siglos después los pensadores medievales hicieron uso de ella en la exégesis de textos religiosos y filosóficos, los renacentistas la aplicaron pero enfocándose más a la filología y a la alegoría en las representaciones pictóricas y los textos que las inspiran; y es en el romanticismo con Schleiermacher y Dilthey[5] que se aplica a la historia de manera positivista, dedicando gran parte a la lingüística. Ya en el siglo XX, Heidegger retoma la hermenéutica y de él Gadamer sigue sus lineamientos hasta los contemporáneos Vattimo, Bourdieu, las teorías de la interpretación de Ricoeur y matiz actual de las reflexiones de Humberto Eco.[6]
La hermenéutica postula una interpretación en la que el objeto de estudio sea apreciado, en la medida de lo posible, por el intérprete, desde un distanciamiento deveniente de la ubicación específicamente temporal del texto. Hay teóricos que consideran que la historia es importante dentro de la hermenéutica, pero como una supeditación al texto, entonces la historia que concierne al objeto de estudio, su contexto será importante para la interpretación del mismo. (G.H. Gadamer) [7] A la vez de conocer el contexto en el que surge el objeto (texto) es preciso anteponer el tiempo en que es leído o interpretado. Esto con el fin de separar o postular como autónomo el texto de su intérprete, pero siempre siendo susceptible de generar una comunicación.
Para la hermenéutica es vital entender el papel del receptor del texto, el individuo que interpreta un texto surgido de otro tiempo. Entonces, un texto se encuentra en dos realidades: el tiempo y circunstancia en que fue creado y el tiempo y circunstancia en que es interpretado[8]. De esta manera la interpretación hermenéutica entendida en esta corriente no es relativista y ambigua, procura, eso sí, la supremacía de la verosimilitud sólo bajo la experiencia del intérprete, este hablará únicamente bajo su propio análisis, que posiblemente sea análogo al de sus contemporáneos. En este sentido, los autores mencionados luchan contra la corriente denominada relativista o equivocista, que postula que toda interpretación es válida desde cualquier circunstancia, momento o enfoque y por ende no existe ninguna noción de verdad en ella; gracias a la cual, la hermenéutica es subestimada como método de análisis semántico. La interpretación de un texto debe atender solamente a este. Las posibilidades de interpretación provienen de las pautas que da el texto mismo. Al respecto Umberto Eco escribe en Interpretación y sobreinterpretación: “(...)no tendría derecho a decir que el mensaje puede significar cualquier cosa. Puede significar muchas cosas pero hay sentidos que sería ridículo sugerir (...) la interpretación tiene que hablar de algo que debe encontrarse en algún sitio y que de algún modo debe respetarse.”[9]La pertinencia semántica de la interpretación textual depende no sólo de una coherente comprensión sino también del papel del autor del texto y su inscripción semántica en este. Ricoeur entiende una relación dialéctica entre acontecimiento y sentido en este punto, acontecimiento de la enunciación y sentido de ella. Según él, podemos encontrar en la autonomía semántica del texto dos rumbos, el primero en cuanto al nexo inmanente de la obra con su autor, el segundo es lo contrario, la obra deja de pertenecer al autor y su autonomía semántica es total, ya que en el momento en que no responde o contesta un texto al receptor, entonces el texto posee un autor y no un hablante, condicionando así la influencia del autor sobre el acontecimiento de enunciación. “Este concepto de autonomía semántica es de enorme importancia para la hermenéutica. La exégesis comienza con ella; es decir despliega sus procedimientos dentro de la circunscripción de un grupo de significados que han roto sus amarras con la psicología del autor. Pero esta despsicologización de la interpretación no implica que la noción de sentido del autor ha perdido toda su significación. [Hay dos alternativas teóricas al respecto] La falacia intencional, que sostiene la intención del autor como el criterio para cualquier interpretación válida del texto, y, por otro lado lo que yo llamaría, de forma simétrica, la falacia del texto absoluto: la falacia de hacer del texto una entidad hipostática sin autor.“[10] Una está encaminada, a pesar de que el acontecimiento es un hecho evanescente, a insistir en que la intención del productor está presente en la obra; mientras que la opuesta entiende al texto como cosa, objeto en el mundo.
Mauricio Beuchot ha dedicado gran parte de su obra a la investigación y aplicación de la hermenéutica en textos literarios. Beuchot retoma a Heidegger, Vattimo y Ricoeur para establecer lineamientos teóricometodológicos. La hermenéutica, entendida como interpretación o exégesis, no sólo es una acción interpretativa sino una serie de normas que contribuyen al distanciamiento fundamental entre obra e intérprete. Raúl Alcalá Campos hace un comentario crítico a la hermenéutica postulada por Beuchot, en este encontramos sintetizados los aspectos mínimos a considerarse en un análisis desde la perspectiva hermenéutica.
a) El distanciamiento hermenéutico. El texto tiene una triple autonomía: i) con respecto a la intención del autor, ii) con respecto a la situación cultural en la que surgió, iii) con respecto al destinatario. b) La superación de la distinción entre explicación y comprensión [...] c) La apertura del texto. El sentido tiende a una interpretación cerrada en tanto la referencia busca el tipo de mundo que la obra abre [aquí Heidegger es evidente: “Ser obra significa establecer un mundo”[11]] d) La indicación del lugar de una crítica de la ideología, que permita darse cuenta que “[...] entender no es proyectarse uno mismo en el texto, sino exponerse a él” (p.49). [12]

La hermenéutica que nos plantea Beuchot está íntimamente relacionada con el hombre como ser social y ser en comunicación: “Buscar el significado de un texto supone la relación de este con el ser humano, con el intérprete; si esta relación existe, entonces podemos hablar de comunicación entre los seres humanos, entre el productor del texto y el intérprete; y, aún cuando pertenezcan a culturas distintas, tienen algo en común: el acontecimiento.”[13] La comunicación entre el productor del texto y el intérprete se realiza mediante el texto, este es un objeto, una cosa, autónoma respecto a su autor desde el momento en que la deja ir (la firma, la publica, la saca a la luz), en ese momento la obra adquiere vida propia, Heidegger lo denomina como “el dejar reposar en sí” ya que la obra sólo “pertenece al reino que se abre por medio de ella”. [14] Sin embargo, su autonomía radica en relación con su creador y con el momento histórico de él. La triple autonomía destacada en la hermenéutica de Beuchot contribuye a darle a la obra su identidad, aunque como lectores sólo la poseamos a ella.
Este carácter historicista y antropológico podemos enlazarlo con la teoría de la estética de la recepción de finales de los setenta y década de los ochenta, puesto que ambas nociones hacen hincapié en la importancia del receptor de la obra artística. En la hermenéutica el constante -e intrínseco- concepto de que el intérprete y su contexto determinan la interpretación ya que su lectura está mediatizada por sus conocimientos y experiencias, y por lo tanto es única, si bien tiene que atender de la misma manera y en la medida posible al contexto del autor. En la teoría de la recepción el lector cuenta con un horizonte de expectativa dado por su experiencia que se confronta con el horizonte contenido en la obra, así mismo, el autor de la obra es también receptor de otros textos y por ende posee él igualmente un horizonte de expectativa propio que establece la estructura de su obra. Ambas teorías a mi ver complementan o podrían constituir la misma dentro de un proceso evolutivo; Vattimo, teórico hermeneuta, hace referencia a Wittgenstein, Nietzsche, Husserl, Adorno, Benjamin, Ricoeur, Iser, Habermass, Gadamer, y al mismo Jauss; y mientras Jauss, Zimmermann, Gumbrecht, Stierle[15], como teóricos de la recepción, hacen referencia a Wittgenstein, Nietzsche, Heidegger, Adorno, Benjamin, Habermas, Gadamer, Adorno, Iser, Neumann. Lo cual es sencillo de entender al ser Wittgenstein, inspirado en Hegel, Schiller y Kant, quien hizo un acercamiento de la filosofía con el lenguaje anteponiendo al hombre a la teoría; posteriormente la fenomenología, que considera esencial la supremacía del hombre frente al mundo que se le devela, sienta las bases de la hermenéutica contemporánea. La analogía en los términos utilizados en la estética de la recepción y en la hermenéutica para la descripción de fenómenos de la recepción literaria y estética, son materia para un estudio propio por su amplitud, como ejemplo se puede pensar en el “horizonte de expectativa” de Jauss y en los “preconceptos” de Beuchot, considerados ambos el bagaje del receptor respecto a los conocimientos previos de la obra y del campo al que pertenece.
Para la estética de la recepción la esencia de la obra de arte radica en su historicidad, en el proceso de elaboración de una obra en el transcurso del tiempo por lectores con un contexto determinado. Es este proceso de constante transformación de la tradición y de la asimilación de los textos por los lectores. La hermenéutica, en la dirección especificada, concibe la obra de arte desde un tiempo y espacio determinado al que responde, así como un pasado, un destinatario y un contexto en el que el autor esta sumergido, a partir de ello el intérprete, en un tiempo y espacio determinado, tendrá que entender y respetar para comprender el texto. 
 Así, la hermenéutica es la interpretación de la intencionalidad significativa del autor de un texto, aceptando la injerencia del intérprete respecto al texto. Define la labor hermenéutica Paul Ricoeur bajo dos premisas fundamentales: “Entonces la comprensión, que está más dirigida a la unidad intencional del discurso y la explicación, que está más dirigida hacia la estructura analítica del texto, tienden a convertirse en polos distintos de una dicotomía desarrollada [...] la polaridad entre comprensión y explicación no debe de ser tratada en términos de dualidad, sino como una dialéctica compleja y sumamente mediatizada. Así, el término ‘interpretación’ puede ser aplicado [...] al proceso completo que engloba la comprensión y la explicación.”[16] Trata la hermenéutica de entender un texto desde su estructura, explicar su sentido a partir de ella, dentro del tiempo del intérprete. No intenta instituir la univocidad del texto interpretado, mas tampoco reconoce que el texto puede sugerir infinidad de significaciones. La hermenéutica insiste en la interpretación de textos basándose solamente en lo que contiene este y en la experiencia del lector. Sin embargo, el autor es quien generó el objeto (texto), su intencionalidad sólo podrá interpretarse sin llegar a una verdad absoluta, por incognoscible, por lo tanto el intérprete debe ubicar en un tiempo y espacio específico el texto y el texto será el guía de la interpretación. El lector debe distanciarse del objeto –entender su contemporaneidad como lector- y, a la vez comprometerse con él –en comunicación con el pasado, contemporaneidad del texto-  por lo que debe interpretar el tiempo y la situación del texto original –contexto- sin olvidar su relación con el presente. Para Mihail Bajtín considera que el acto hermenéutico es también un reconocimiento de la otredad, es un acto de concientizar el hecho de existencia del otro: “El ver y el comprender al autor de una obra literaria significa ver y comprender la otra conciencia, la conciencia ajena de todo su mundo, es decir, comprender al otro sujeto. Dentro de una explicación actúa una sola conciencia y un solo sujeto; dentro de una comprensión actúan dos conciencias y dos sujetos.” [17] Podemos ver que Bajtín diferencia el acto de explicar del de comprender, contrario de Beuchot.
 Mas, como se ha mencionado, son variadas las tendencias que la hermenéutica deriva, al ser una teoría de la interpretación de textos literarios o de obras de arte en general, es también una teoría el entender las posibilidades de interpretación que implica. Pierre Bourdieu hace una crítica a la posición de la hermenéutica “tradicional” que intentaba manifestar la ‘verdad’ de lo que el autor quiso decir en el texto; la “intuición y autocomplacencia narcisista”[18] resurge al llegar al extremo moderno de concebir la superioridad del lector sobre el texto, de esta manera la escolástica y la hermenéutica moderna son iguales. El “narcisismo hermenéutico” al pretender interpretar la intencionalidad del autor de la obra, si bien con un sesgo historicista que subraya el tiempo en que fue producida la obra, para Bourdieu lo que se interpreta mediante una obra es al intérprete mismo: “En este sentido diametralmente opuesto al que le da la tradición ‘hermenéutica’, cabría afirmar que ‘al final, todo comprender  es un comprender de uno mismo’.”[19] Ya que no es posible determinar la intencionalidad del autor, solamente nuestra percepción del texto es lo que es posible asegurar, así mismo para Bourdieu el fin del arte es precisamente el autoconocimiento del individuo.
Pierre Bourdieu aboga por una hermenéutica sociológica que “sólo puede llevarse a cabo en y a través de una reapropiación de toda la historia del campo de producción que ha producido que ha producido a los productores, a los consumidores y a los productos, por lo tanto al propio analista, es decir en y a través de una labor histórica y sociológica que constituye la única forma eficaz de conocerse a sí mismo.”[20] De esta forma, es la comprensión, una necesidad, una razón de ser, es sentir la necesidad de construir una “fórmula generadora” que permite “reconstruir” la obra dada. Es preciso poner énfasis tanto en el creador, en la obra y en los receptores, dentro de un marco histórico y sociológico. Así mismo entiende Bourdieu que la mejor hermenéutica es la que él denomina “lectura pura”, que es una lectura que se efectúa sin buscar nada de antemano, tan sólo lo que el texto en sí te puede otorgar. Explica que los textos generalmente son “textos puros”, esto es que no que tienen otro propósito que el que marca el texto; no pueden realizarse nexos políticos o morales, ya que la obra no lo solicita. “La lectura pura [...] se amolda al propósito de todas las obras que no tienen otro propósito que no sea el de no tener propósito, salvo el que está inscrito en la forma misma de la obra.”[21] Encuentro esto interesante ya que existen obras que no tienen una intencionalidad política o social y que deben analizarse bajo la perspectiva que su autor generó, claro que no implica que perdamos la perspectiva tiempo y espacio del autor y de los receptores contemporáneos; claro también, que siguiendo lo dicho con anterioridad, todo regreso histórico mientras mejor fundamentado esté menor será su falsedad, lo cual no indica que sea certero, único y verdadero.
Al postular la “lectura pura”, Bourdieu marca otra variante de análisis hermenéutico, pero se encuentra todavía dentro la visión de la obra de arte polisémica y de la posición preferencial del contexto de los actores que intervienen en el fenómeno literario y no restringe este fenómeno a los tres actores protagónicos –el creador-la obra- el receptor- incluye al analista en este círculo hermenéutico, siendo determinante también el conocimiento del tiempo y del espacio del especialista que interpreta la obra para entender el filtro por el que drena la información que selecciona, asocia y determina. Hasta aquí seguimos en el terreno de las verdades medias, de las interpretaciones vastas, parece que es difícil volver desde nuestra perspectiva actual al esfuerzo del establecimiento del conocimiento verdadero como el conocimiento único que caracteriza a la metafísica. La relatividad de los conocimientos, los grados de especialización, dispersan un viento de incertidumbre que algunos teóricos llaman posmodernidad. Si mi verdad es alguna, es enunciada bajo el conocimiento de causa que la experiencia y el contexto me brindan, la aceptación de mi postura por un medio legitimador dependerá del sustento dado a ella, mas lejos estaremos de emitirla como verdadera ley inamovible. Gianni Vattimo dice lo siguiente: “La crítica de la idea de verdad como conformidad lleva, pues, a la hermenéutica a concebir la verdad con el modelo del habitar y de la experiencia estética.”[22] 





[1] Nicola Abbagnano. Dicccionario de Filososfia. México, FCE, 1980, p.603
[2]  Mauricio Beuchot. “Perfiles esenciales de la hermenéutica analógica” Antología de ensayo literario. www.ensayo.rom.uga.edu/critica/teoria/beuchot/ Centro de literatura romance de la Universidad de Georgia.1999 p. 1 resumen realizado por el autor  de Tratado de hermenéutica analógica. México, UNAM, 1997.
[3] Pierre Bourdieu. Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario. Barcelona, Anagrama, 1995, p. 451
[4]Beuchot, op.cit.  p. 1
[5] Paul Ricoeur sintetiza la hermenéutica romántica y centrada en el acontecimiento del discurso de estos filósofos así: “La hermenéutica que procede de Schleiermacher y Dilthey tendía a identificar la interpretación con la categoría de ‘comprensión’, y a definir comprensión como el reconocimiento de la intención de un autor desde el punto de vista de los destinatarios primarios en la situación original del discurso. Esta prioridad dada a la intención del autor y al auditorio original tendía, a su vez, a hacer del diálogo el modelo de cada situación de comprensión, de  modo que imponía el marco de intersubjetividad en la hermenéutica. Comprender un texto, entonces, es solamente un caso particular de la situación dialógica en la que alguien responde a alguien más.”  Paul Ricoeur. Teoría de la interpretación. Discurso y excedente de discurso. México, Siglo XXI, 1995, p. 36
[6] íbidem
[7] Eduardo Weiss. Hermenéutica crítica y ciencias sociales. México, IPN, 1987.
[8] Gianni Vattimo. Más allá de la interpretación. Barcelona, Paidós, 1995, pp.46-48
[9] Umberto Eco. Interpretación y sobreinterpretación. Cambridge, Cambridge University Press, 1995, p.47
[10] Ricoeur, op .cit. p. 43
[11] Martin Heidegger. Arte y poesía. México, FCE, 1997, p. 74
[12] Raúl Alcalá Campos. “La pugna de Mauricio Beuchot por la hermenéutica” en Hermenéutica analogía y significado. Discusión con Mauricio Beuchot. México, Ed. Surge, 1999, p. 10. La nota de la página marcada en la cita corresponde al libro Hermenéutica, lenguaje e inconsciente, UAP, 1989, de Beuchot.
[13] Ibidem, p. 11
[14] Heidegger, op.citp.70. Ricoeur explica al respecto del alejamiento del productor de la obra, que, el discurso al ser escrito, la intención y el sentido dejan de coincidir al ser superado el acontecimiento de enunciación por medio de la escritura: “La inscripción se vuelve sinónimo de la autonomía semántica del texto, lo deriva de la desconexión entre la intención mental del autor y el sentido verbal del texto, entre lo que el autor quiso decir y lo que el texto significa. La trayectoria del texto escapa del horizonte finito vivido por su autor. Lo que el texto significa ahora importa más de lo que el autor quiso decir cuando lo escribió.” Ricoeur, op.cit. pp. 43-44
[15] Karlheinz Stierle. “¿Qué significa ‘recepción’ en los textos de ficción” en Estética de la recepción, Madrid, Arco/Libros, 1987, p. 89. Considera en que todavía hace falta un sustento formal a la estética de la recepción, o un acuerdo en términos y alcances, pero le parece que los estudios de Roman Ingarden, en la tradición de la fenomenología husserliana, así como los trabajos de Wolfgang Iser y Johannes Anderegg, son los más sistemáticos.
[16] Ricoeur, op.cit. p. 86 Sin embargo, Ricoeur plantea una hermenéutica ‘simétrica’, esto es tomar al texto en su total autonomía semántica, interpretarlo será atender a su estructura textual sin importar la intencionalidad del autor ni su tiempo histórico, solamente explicando su referencia. “Lo que tiene que apropiarse es el sentido del texto mismo, concebido en forma dinámica como la dirección que el texto ha impreso en el pensamiento. En otras palabras, lo que tiene que ser apropiado no es otra cosa que el poder revelar un mundo que constituye la referencia del texto. De esta manera estamos tan lejos como es posible del ideal romántico de coincidir con la psique ajena.”
[17]M. Bajtín. Estética de la creación verbal. México, Siglo XXI, 1995, p. 302. Agrega Bajtín algo coincidente con Ricoeur respecto a que una obra literaria no es un hablante sino un discurso, es algo ya dado que solamente el acto de interpretación puede transformar. “No puede haber una actitud dialógica hacia el objeto, por lo tanto la explicación carece de momentos dialógicos (aparte del momento retórico-formal). La comprensión siempre es dialógica, en cierta medida.” Ibidem.  Esa cierta medida radica en que para Bajtín una obra es el reflejo subjetivo del mundo y la comprensión es “reflejo del reflejo”, en sentido de que al apropiarnos de esa visión subjetiva del mundo la adaptamos a la propia, por lo tanto el diálogo se realiza entre un reflejo y el reflejo propio y único.
[18] Bourdieu, op.cit. p. 442
[19] Ibidem
[20] Ibidem
[21] Ibidem, p.448
[22] Vattimo, op.cit. p. 136

27.8.13

GUSTAVE FLAUBERT, LA FOTOGRAFÍA Y SU RETRATO

Fragmento de texto publicado en Replicante. Cultura crítica y periodismo digital



GUSTAVE FLAUBERT, LA FOTOGRAFÍA Y SU RETRATO
Viaje a Egipto y Palestina con Maxime Du Camp

Por Ana Paula Sánchez-Cardona

Du Camp no tenía la menor idea de la técnica fotográfica, aunque era un experto orientalista y sobre todo un gran vividor. Tenía los contactos y la labia para convencer de que él y su acompañante serían capaces de reunir un álbum fotográfico que recorrería desde las pirámides hasta la muralla de Jerusalén.

Maxime du Camp y Gustave Flaubert emprendieron en noviembre de 1849 un viaje por Egipto y el Medio Oriente. Embarcaron una mañana de Marsella en el barco bautizado como Le Nil. Llegaron a Alejandría, pasaron por El Cairo y tomaron el río Nilo abajo en una barca típica de la zona. Du Camp llevaba consigo casi 350 kilos de material fotográfico. Justo lo necesario para llevar a cabo el proyecto de más de doscientos calotipos que terminó publicando con el título de Égypte, Nubie, Palestine et Syrie, dessins photographiques recueillis pendant les années 1849, 1850 et 1851, editado en París por Gide et Baudry en 1852. Junto a su buen amigo Gustave Flaubert emprendió un viaje por Egipto, Nubia, Palestina y Líbano. Antes habían realizado un viaje por Bretaña y escrito conjuntamente Par les champs et les grèves (1847-1848), libro en que Du Camp escribe los capítulos pares y Flaubert los impares. Fue editado hasta 1886 por la casa Charpentier. Legitimados por el gobierno francés, fueron designados con una misión de orden arqueológico. Se discrepa sobre los distintos organismos gubernamentales que dispusieron de los medios diplomáticos para enviar a los dos viajeros a Oriente, pero el propio Du Camp en Souvenirs littéraires (1881, 1883) explica en qué consistió la misión: recibirían pasaportes y visados de índole oficial y ninguna ayuda económica con la condición de que Gustave Flaubert respondiera al Ministerio de Agricultura y Comercio con un informe sobre los aspectos destacables de los diferentes puntos de reunión y puertos de caravanas que encontraran en su camino. Mientras que a Du Camp, al ser amigo del filólogo François Génin, le fue concedido el proyecto de carácter arqueológico que propuso.

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Maxime du Camp

27.6.13

UN DRAMA INTERASTRAL Charles Cros y el romance de la venusina y el terrícola

Extracto de artículo publicado en Replicante. Cultura crítica y periodismo digital

El tránsito de Venus de 1874

El pasaje de Venus o tránsito de Venus, es uno de los eventos astronómicos más seguidos durante la modernidad. Cada 105 años, con un intervalo de 8 años y posteriormente con otro de 121 años se completa el patrón de 243 años en que sucede la alineación del planeta Venus entre la Tierra y el Sol. La secuencia completa es de 8+105.5+8+121.5 años. Gracias a que se produce con una periodicidad hasta cierto punto mesurable las observaciones desde el medievo han sido constantes. A pesar de que hay indicios de las observaciones del ciclo completo de Venus en la cultura maya y algunas aproximaciones en la griega, es desde el siglo XVI que se posee documentación fiable sobre los días en que ha sido avistado este fenómeno: 25-26 de mayo de 1518; 23 de mayo de 1526; 7 de diciembre de 1631; 4 de diciembre de 1639; 6 de junio de 1761; 3-4 de junio de 1769; 9 de diciembre de 1874; 6 de diciembre de 1882; 8 de junio de 2004; 5-6 de junio de 2012. Siguiendo esta regla, los próximos pasajes de Venus tendrán lugar el 11 de diciembre de 2117 y el 8 de diciembre de 2125, es decir, visibles para los habitantes del siglo XXII.
Es en el siglo XVIII que se entiende el pasaje de Venus como un asunto de Estado ante la importancia dada a la ciencia por las cortes y de las profusas redes de conocimiento de intelectuales y científicos extendidas por toda Europa, agrupados en academias, colegios o en sus propios gabinetes. Un documento en español que circuló a finales del siglo XVIII es Observacion del transito de Venus por el Disco del Sol (1761) de Christiano Rieger, cosmógrafo de la corte de Carlos III, trata la importancia de las misiones científicas que tuvieron como fin observar el fenómeno y acometer uno de los objetivos principales del avistamiento: La paralaje (en español el término es femenino) entre la Tierra y el Sol. La paralaje es un método de cálculo de distancias, cuando Venus pasa entre la Tierra y el Sol, la silueta de su disco se puede ver fácilmente a través de un telescopio si se cuenta con un filtro adecuado. Tal como apunta Rieger, se planearon grandes empresas científicas que unieron a astrónomos de América, Asia y Europa en pos del estudio del tránsito de Venus. El intercambio de información y las polémicas conclusiones sucedieron durante décadas posteriores al fenómeno, siendo este espíritu de cooperación –y competencia- retomado en el siglo XIX con el fin de demostrar el desarrollo científico y tecnológico de las grandes potencias. Rieger se lamenta de que solamente pueden de momento incluir en su libro el grabado (la copia) que se realizó con motivo de la observación del tránsito de Venus de 1639 (¡más de 120 años antes!) por Jeremiah Horrocks y William Cabtree. El tratado de Horrocks Venus in Sole Visa (1662) fue publicado más 20 años después de sus conclusiones por también astrónomo Johannes Hevelius y reproducido en toda Europa, transcribimos conservando la grafía original: 

Por ahora nos contenamos con añadir en la lamina el tipo de la única observación de otro passo de Venus por el Disco del Sol, hecha en 1639. à 4. de Diciembre en Hoola cerca de Liverpool de Inglaterra, por Geronymo Horoxio, y Willermo Crabtrio. Este Phenomeno es tan raro, que desde quel año no ha vuelto a suceder, hasta el presente, pro se repetirà dentro de 8. años el dia tres de Junio de 1769. […] Despues en ciento y cinco años no bolverà à passar Venus por delante del Sol.

























Portada y grabado del libro de Johannes Hevelius Mercurius in sole visus Gedani, 1662, en el que edita como anexo Venus in sole visa de Horrocks.

Christiano Rieger entiende que el fenómeno sucede cada 105 años, luego un intervalo de 8, tal como ya lo había predicho Johannes Kepler. Muy a su pesar Kepler murió tan sólo un año antes de poder ver el tránsito de 1631, no pudiendo tener el gusto de ver confirmadas sus teorías sobre el movimiento planetario expresadas en su libro Tabulae Rudolphine (1627). La comparación entre el avistamiento del fenómeno en el siglo XVII y su relación con el sucedido en 1761 y 1769 proveyó de una base documental de la evolución de los métodos y herramientas utilizados, que su vez concretará una tecnología fundamentada y del todo innovadora durante el tránsito del siglo XIX.

De cara al pasaje de Venus del siglo XIX, las potencias económicas se esforzaron por demostrar sus avances en ciencia y tecnología. El fenómeno astronómico del tránsito de Venus de 1874 y 1882 produjo una movilización general en diversas disciplinas científicas, que llevaron a replantearse desde sistemas de medición hasta fiabilidad de los instrumentos de observación y representación, siendo este el gran problema a enfrentarse atendiendo que la fotografía hace 35 años que es efectiva pero no estable. Con el auspicio de los gobiernos se conformaron expediciones que estudiaron tal fenómeno. Inglaterra organizó misiones a Egipto, Hawái, Isla Rodríguez, Nueva Zelanda e Islas Desolación. Italia desplazó una expedición a la India, concretamente al norte de Calcuta; Francia destinó a sus científicos a Nagasaki, Pekín, Saigón, Numea e islas San Pablo y San Mauricio; Países Bajos realizó observaciones en La Reunión y Batavia; Alemania envió al fotógrafo Gustav Fristch a Isfahán en Persia, mientras que el astrónomo Karl Jensen observó el fenómeno desde las islas Kerguelen, entonces llamadas islas Desolación. Sin dejar atrás los topónimos sugerentes, el astrónomo Hugo Siegler construyó su observatorio en Terror Cove en las Islas Auckland. Los rusos se instalaron en Beobachtugs y la península de Kamchatka. Estados Unidos envió expediciones a Kobe, Nagasaki, Pekín y en las antípodas a las Islas Kerguelen, la llamada Molloy Station. Inclusive México envío una comisión a Yokohama, Japón, gracias a la intervención de Francisco Díaz Covarrubias, presidente de la Sociedad Científica Humboldt, quien presentó la ponencia “Exposición popular del objeto y utilidad de la observación del paso de Venus por el disco del Sol" (1874). Se merece un capítulo aparte la reseña del viaje de la “Comisión Mexicana” a Japón. Si bien la ponencia describiendo la importancia de la observación del fenómeno por científicos mexicanos fue en abril de 1874, fue hasta el 18 de septiembre que se obtuvieron los fondos necesarios, autorizados directamente por el presidente Lerdo de Tejada. El día 24 septiembre desde la ciudad de México tomaron a toda prisa un tren al golfo para embarcarse rumbo a Nueva York pasando por Cuba. Una vez ahí, el 7 de octubre tomaron un tren que atravesó todos los Estados Unidos hasta llegar el día 14 del mismo mes a la ciudad de San Francisco, donde compraron cámaras fotográficas e insumos. Partieron el 19 de octubre de 1874 llegando el 9 de noviembre a Yokohama, justo un mes antes del evento astronómico. Evidentemente tal despliegue no significaba solamente un avance para ciencia, también una carrera con facetas coloniales y nacionalistas.


Tránsito de Venus en el Observatorio Real de Greenwich, 1874. Archivo National Maritime Museum

Dentro de la gran expectación del tránsito de Venus de 1874, se generaron sinergias para obtener mejores medios de reproducción del fenómeno ya que la técnica fotográfica del colodión seco y húmedo presentaba problemas ante la rapidez y precisión que requería el evento. Entre los dispositivos puestos a punto estuvo el revólver fotográfico (1873) de Jules Janssen, una cámara capaz de disparar fotografías cada cierto intervalo de tiempo, así mismo tal como en el siglo XVII lo hizo Horrocks, las proyecciones a través del telescopio sobre telas y papel a pesar de la tecnología no variaría demasiado.




Grabado del uso del revólver fotográfico de Jules Janssen durante el tránsito de Venus.