Otro de
los grandes textos sobre la representación de la naturaleza, entendida como su
imagen en un segundo grado simultáneo a la realidad, es el estudio de
Athanasius Kircher Ars magna lucis et umbrae (1646),
en el que ilustró y describió claramente procedimientos de las cámaras lúcidas
y obscuras, las linternas mágicas, los efectos estáticos y en movimiento de las
proyecciones luminosas. El diseño de sus linternas mágicas o máquinas
catóptricas fue muy popular durante el siglo XVII y XVIII. Servían para
proyectar imágenes pintadas en vidrio creando diversos juegos visuales, no
bastaba con el simple divertimento que producían a los muchos visitantes de su
museo, lo importante era la búsqueda de sus causas y sus interpretaciones. Por
ejemplo, el concepto de generación espontánea –de animales, minerales y
plantas- se extendió al concepto de resurrección respecto a las imágenes
proyectadas mediante instrumentos ópticos. La imagen tenía una vida similar a
la real pero era completamente inasible, el proceso de creación de esas
imágenes proyectadas podría ser la clave para entender el concepto teológico de
la vida eterna. La influencia de la obra de Della Porta es evidente. Kircher, no sólo entendió estos aparatos como divertimentos o como experimentos
físicos sino que extendió a las esferas de la teosofía sus posibilidades. En su
tratado las ilustraciones de las linternas mágicas suelen proyectar imágenes de
esqueletos o escenas de personajes ardiendo; las cámaras obscuras toman como
modelos demonios o la cruz. Conjuga simultáneamente todo el bagaje de símbolos
y alegorías de la teosofía con las investigaciones empíricas sobre la luz. No
es de extrañar, sin embargo, a pesar de encontrarnos en el contexto del barroco
y ante un tema ciertamente perturbador y fundamental como lo es la luz y la
percepción humana, que tanto la retórica, la estética como la mecánica de
Kircher tuviesen una trascendencia que llegará hasta pleno siglo XIX. Como
posteriormente se verá, los estudios y los instrumentos para describir los
fenómenos de la luz serán prácticamente los mismos. Y no se han de excluir las
concepciones acerca de lo invisible, la magia y la mano creadora de la
naturaleza. La magia de la naturaleza se reconstruía con la mano humana, la luz
y las sombras hacían ver un mundo oculto, de simulaciones, pero tan real como
aparenta.
Ars magna lucis et umbrae, 1646.
. Athanasius
Kircher, Ars magna lucis et umbrae, Romae, Sumptibus Hermanni Scheus, 1646. La
edición digitalizada puede consultarse gracias a la Freie Universität Berlín en
ECHO European Cultural Heritage Online, http://echo.mpiwg-berlin.mpg.de
. Angela Mayer-Deutsch, “’Quasi-Optical Palingenesis’ The circulation of portraits and the image of Kircher” en Athanasius Kirher, London, Routledge, 2004, pp.104-105.
. Mark Pendergrast, Historia de espejos, México, Ediciones B, 2003, pp.82-86.
. Paula Findlen, Possessing Nature: Museums, Colleting and Scientific Culture in early Modern Italy, Berkeley, University of California Press, 1994.
. Angela Mayer-Deutsch, “’Quasi-Optical Palingenesis’ The circulation of portraits and the image of Kircher” en Athanasius Kirher, London, Routledge, 2004, pp.104-105.
. Mark Pendergrast, Historia de espejos, México, Ediciones B, 2003, pp.82-86.
. Paula Findlen, Possessing Nature: Museums, Colleting and Scientific Culture in early Modern Italy, Berkeley, University of California Press, 1994.